En una interesante conversación entre Saúl Serna, inversionista en Estados Unidos, y Jesús Montesinos, inversionista en España, surgió un tema clave: la diferencia entre ser un comprador y ser un inversionista. Aunque ambos perfiles buscan adquirir una propiedad, la motivación y los objetivos que los impulsan son completamente distintos.
Jesús compartió su perspectiva sobre esta diferencia crucial. Para él, lo que realmente distingue a un comprador de un inversionista es la emoción. "Un comprador es una persona que compra por emoción, busca una propiedad que le guste, sin tener en cuenta factores determinantes como el valor actual en el mercado o lo que pasará con el inmueble en 5 o 10 años", explicó Jesús. Para un comprador, la prioridad es que la propiedad cumpla con una necesidad inmediata, ya sea por la cercanía al trabajo, los estudios de los hijos, o simplemente porque la estética de la vivienda le atrae.
En cambio, Jesús enfatizó que el inversionista tiene una visión completamente diferente. "Un inversionista tiene un objetivo claro que puede ser ampliar su patrimonio, posicionarse en una zona estratégica, diversificar sus inversiones en diferentes países para reducir riesgos, o centrarse en un tipo específico de inmueble, como locales comerciales o pisos", comentó. El inversionista no se deja llevar por las emociones, sino por un análisis exhaustivo de la rentabilidad a largo plazo. Para él, lo importante no es la estética del inmueble, sino lo que ocurrirá después de la firma de la adquisición de la propiedad. Un inversionista evalúa el potencial de ingresos, los costos de mantenimiento, y otros factores clave para asegurar que la inversión sea una decisión financieramente sólida.
Jesús también compartió algunos consejos sobre el sector inmobiliario en Madrid, destacando los pasos esenciales para invertir con éxito.
Por su parte, Saúl aportó una perspectiva valiosa para aquellos que desean invertir en el extranjero. Uno de los factores críticos que mencionó fue el proceso de adaptación a las leyes y regulaciones locales, que pueden ser completamente diferentes a las del país de origen del inversionista. El proceso no es tan familiar cuando estás invirtiendo en otro país. Las leyes, el impacto tributario, y el hecho de tener a alguien de confianza que administre tu propiedad cuando no estés allí son elementos clave para asegurar el éxito de la inversión, explicó Saúl. La gestión a distancia es un desafío que todo inversionista internacional debe tener en cuenta.
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